Acuario

ahora me ves a los ojos, no sabes quién está ahí-

nos alcanzaron los años, con ellos te conocí-

entonces vi- con el tiempo cuando ya era mayor-

la sombra de tu reflejo, el patrón que nunca cedió-

y miraló- que fachas de cabrón-

no fue lo que tú quisiste, es lo que él quiere y es mejor, ¿que no?-

quiero yo, perdonar y pedir perdón-

soy el responsable de acabar con ese rencor-

que no me deja avanzar- ni me deja ser yo.

lo que no puedo cambiar, pues, lo acepto mejor. uoh- oh-

si me pierdo, me gritas- te necesito y te vas-

la ansiedad que siento justo cuando vas a llegar-

cien nudos en mi garganta- preguntas sin contestar-

y por Rosario- no te preocupes que parió dos mercenarios-

cuida muy bien lo que salga de entre tus labios-

que nada pega un diamante si se quebró-

sabrás, acuario- que no son verdes ni grises, pero son sabios-

si cada vez- que me ven me calman tanto-

y hacen que olvide por un rato mi temor.

quita la pose que oculta todas tus heridas-

deja las luces prendidas cuando falte yo-

ay arriba, y arriba, que se llene de luz esa habitación- uoh- oh-

porque era tanto tu miedo, que te la quitó-

y además- al dudar ten en cuenta que la verdad-

siempre va a distinguirse porque es la que duele más-

hoy tú tienes que escucharme, debemos hablar.

es que tu voz- me llena de fuerza pero también me desbarata-

que impresionante es ese poder de la palabra-

más el silencio muchas veces es mejor.

y cada vez que me necesites- yo no tengo que repetirte que aquí estoy.

oye que el amor se entrega sin condición-

no se finje si no existe y si lo tienes, dámelo.

y no me podrás negar- que hice lo mío y esperabas más-

que tenías una idea de las cosas y que la pasaste muy mal-

pero el ayer y el hoy por algo se van, no hay nada mejor que saber soltar-

así que suéltalo ya.