“Preparado para ganar y perder, sí, soy un player”, afirma Natos, una mitad del dúo que forma junto a Waor, su aliado, en su canción “Cicatrices”. Y a la luz de sus palabras, queda claro que para ellos el hip-hop es un juego serio que muta, cambia de reglas, adquiere nuevas formas, y en donde saber adaptarse es quizás la única forma de sobrevivir. Esa es la receta que ha llevado al tándem madrileño a cosechar su propio éxito. Mantenerse fieles a su esencia, pero nunca estancados en una única magnitud sonora. Y es que más que géneros, la N y la W habitan ecosistemas, tan variados como el calor de la fiesta o el frío de la calle, la introspección de sillón o la bulla en la pista. Libres de prejuicios, reconcilian al rap con sus cualidades más básicas: la de ponerte a bailar, pensar y sentir. Ahí, desde esa comunión nihilista, son flautistas de Hamelín que atraen reproducciones por montones, llenando arenas a la vez que corazones en desgracia. Unidos en 2011 y con diversas placas de estudio en su haber, Gonzalo y Fernando, Natos y Waor, están ya en lo alto de la cadena alimenticia del hip-hop ibérico. Y desde esa cima siguen jugando su propio juego. Disfrútalos a través de esta cuidadosa selección extraída de su catálogo de canciones y colaboraciones.